En España, cuando una persona fallece sin herederos conocidos, la ley establece que el Estado debe intervenir y asumir la titularidad de sus bienes. Sin embargo, en la práctica, esto rara vez ocurre.
Los motivos no son técnicos, sino estructurales: falta de personal, descoordinación entre administraciones, procedimientos lentos y una cultura institucional basada en la inercia. El resultado es el abandono. Pisos desatendidos durante años, ocupados de forma ilegal o convertidos en focos de inseguridad.
No se trata de un problema puntual, sino de una inacción sostenida en el tiempo que afecta directamente a quienes viven cerca de esas viviendas. Frente a ese vacío, nace herenciasvacantes.es: para informar, actuar y exigir que el interés público no se quede atrapado entre papeles.